¿Qué es el autismo? Una mirada desde la neurodiversidad
Cuando escuchamos la palabra “autismo”, muchas veces lo primero que nos viene a la mente es una lista de dificultades, diagnósticos o etiquetas. Pero el autismo es mucho más que eso. Es una forma diferente, válida y legítima de ser, de sentir, de comunicarse y de experimentar el mundo. En esta entrada queremos contarte qué es el autismo desde una perspectiva respetuosa y actual: el paradigma de la neurodiversidad.
🌈 El autismo no es un problema que hay que arreglar
Durante mucho tiempo, se ha hablado del autismo como un trastorno, como algo que está mal o que debe ser corregido. Este enfoque ha generado mucho dolor, exclusión e incomprensión. Sin embargo, hoy muchas familias, profesionales y personas autistas están reclamando una visión diferente: el autismo no es una enfermedad, es una forma distinta de funcionar.
El cerebro de una persona autista procesa la información, los estímulos y las emociones de una manera diferente. Esto no es algo negativo en sí mismo: simplemente es otro modo de vivir y de estar en el mundo. Como cualquier otra persona, cada autista tiene fortalezas, retos, intereses, sueños y formas únicas de expresarse.
🧠 ¿Qué significa ver el autismo desde la neurodiversidad?
La neurodiversidad parte de una idea muy sencilla pero poderosa: no existe un único tipo de cerebro “correcto”. Así como hay diversidad en el color de piel, en la cultura o en los idiomas, también la hay en cómo pensamos, sentimos o aprendemos.
El autismo, en este marco, es una neurodivergencia, es decir, una variación natural dentro de la diversidad neurológica humana. No se trata de personas “menos capaces” ni “falladas”, sino de personas que funcionan de otra forma. El problema no está en ellas, sino en un entorno que no está pensado para esa forma de ser.
🧩 ¿Cómo vive el mundo una persona autista?
Cada persona autista es diferente, pero hay algunos elementos comunes en su manera de percibir la realidad:
- Pueden tener una percepción sensorial muy intensa o muy reducida: ciertos sonidos, luces, texturas o movimientos pueden ser muy agradables o muy molestos.
- Su manera de comunicarse puede ser distinta: algunas personas autistas no usan el lenguaje oral, otras se expresan con pocas palabras, otras con mucho detalle, otras con apoyos visuales.
- Necesitan rutinizar su entorno, porque eso les da seguridad y previsibilidad.
- A menudo tienen intereses profundos en temas específicos que pueden convertirse en fuentes de conocimiento, disfrute o incluso salidas profesionales.
- Las relaciones sociales se viven de forma diferente: no es que no quieran conectar, es que lo hacen de una forma distinta, muchas veces más honesta, directa o profunda.
🤝 El problema no es el autismo, son las barreras
Las personas autistas no están “fallando” al vivir en sociedad: es la sociedad la que les falla al no incluirlas, al no escuchar sus voces, al obligarlas a encajar en moldes que no respetan su forma de ser. Las verdaderas barreras no están en los cuerpos o cerebros, sino en los entornos que excluyen, los prejuicios que limitan y los sistemas que patologizan.
Por eso, desde el paradigma de la neurodiversidad, el objetivo no es cambiar a las personas autistas para que parezcan neurotípicas. El objetivo es cambiar el entorno, la mirada, la cultura y la actitud para que todas las formas de ser tengan espacio.
👩👧 ¿Y qué significa esto para las familias?
Si estás leyendo esto como madre, padre o cuidador, probablemente te estés preguntando: “¿Y ahora qué? ¿Cómo acompaño a mi peque autista desde esta visión?”
Aquí van algunas claves importantes:
- Escúchalo, obsérvalo, respétalo. Incluso si no habla, se comunica. Incluso si no mira a los ojos, te está viendo con el corazón.
- No intentes cambiar quién es. Ayúdalo a desarrollar sus capacidades, a regular sus emociones, a defender sus derechos, pero nunca desde el rechazo a su forma de ser.
- Busca entornos seguros, amables y accesibles. Desde la escuela hasta la familia extensa, pasando por las actividades de ocio: todo cuenta.
- Celebra su identidad. El autismo no es una etapa, no es algo que “se pasa”. Es parte de quién es, y tiene derecho a vivirlo con orgullo.
💬 Una nueva forma de mirar
Cuando cambiamos nuestra mirada, cambiamos el mundo de nuestros hijos. Entender el autismo desde la neurodiversidad no solo es más respetuoso, también es más esperanzador. Nos permite criar sin miedo, acompañar sin culpa y amar sin condiciones.
El autismo no necesita cura. Necesita respeto, comprensión y aceptación.
¿Y tú? ¿Cómo ha cambiado tu forma de ver el autismo desde que conoces a tu peque?
Te leo en comentarios o en nuestras redes. En Maternidad Diversa, todas las historias tienen lugar.